El presidente Andrés Manuel López Obrador volvió a la paradoja que definió las obras que realiza el gobierno federal para impulsar el «renacimiento» del sur—sureste de México: «Una región rica con pueblo pobre, una contradicción», consideró.
Al referirse a las obras emblemáticas de la Cuarta Transformación de México como la refinería Olmeca, el Tren Maya y el corredor Interoceanico Istmo de Tehuantepec, el mandatario expresó que con ellas «se está empezando a pagar una deuda con el sur—sureste, porque se marginó esta región del país durante muchos años».
Ante representantes de los sectores productivo, obrero patronal, que abordaron el tema del aumento salarial para 2024, y luego de la sección «¿Quién es quien en las mentiras», en la conferencia de prensa se refirió a las bondades naturales de la región sur—sureste:
«Es una región que tiene muchos recursos naturales, es donde está el agua, en el sur sureste está el 70 por ciento del agua del país; es donde está el petróleo, donde está el gas y, a pesar de las riquezas naturales, también de las bellezas de sus playas, tanto del golfo como el Caribe, el Pacífico, su cultura, ahí floreció la gran civilización maya, la nación maya, que es algo espléndido, bueno, a pesar de eso era una zona rezagada, abandonada y con mucha pobreza. Era una paradoja: una región rica con pueblo pobre, una contradicción», sostuvo.
Como en ocasiones anteriores, el presidente López Obrador invocó la contribución de esa región al desarrollo de la nación, pues, dijo, «nada más imagínense lo que significó históricamente la venta de petróleo al extranjero que se utilizaba para contar con presupuesto público que llegaba a todo el país; sin embargo, no regresaba lo suficiente, no se reponía el sureste.
«Ahora es distinto, ahora hay más inversión pública y está renaciendo el sureste, hay crecimiento económico. Y sí va a tener mucho futuro el sur sureste. Es cosa nada más de pensar que durante 30 años o más, desde los años 70 que empezó el desarrollo de Cancún, allá en esa punta de la península, empezó el crecimiento económico, tasas de crecimiento del 10, del 12 por ciento anual, pero era como un lunar, un islote de crecimiento rodeado de abandonado todo el sureste.
Y ahora se está desarrollando toda la región.
¿Qué va a significar esto?
Que, desde luego, se mantiene el agua, todavía por algún tiempo el petróleo, el gas, pero se está impulsando para el futuro, para las nuevas generaciones, la actividad turística, con nuestras riquezas arqueológicas excepcionales, con la selva, con la flora, la fauna nativa, única, es el paraíso, es todo un paraíso; entonces, eso va a atraer a muchos visitantes y esa actividad va a ayudar mucho para la creación de los empleos, para el bienestar de la gente. Entonces, ya no sólo va a ser el petróleo, sino el turismo.
«Bueno, con toda esta infraestructura que se está impulsando, pues se les va a garantizar a mucha gente el que pueda tener oportunidades de trabajo, de bienestar».
Luis Enrique Martínez
Rumbo Nuevo