Tres herramientas de piedra, de entre seis y ocho centímetros de longitud, conservan en su superficie milenaria trazas invaluables para la arqueología mexicana: los rastros inequívocos de haber sido usadas por seres humanos del Pleistoceno, por lo menos, hace 9,000 años, en el aprovechamiento de los mamuts. Así lo indican recientes análisis microscópicos efectuados con nuevas técnicas de estudio.