Una poderosa tormenta invernal de rápido avance descargaba una intensa nevada sobre el noreste de Estados Unidos, complicando los desplazamientos de millones de personas, obligando a cerrar los colegios y causando estragos en el transporte aéreo en toda la región. El Servicio Meteorológico Nacional informó de que más de 30 millones de personas, desde Virginia Occidental hasta Nueva Inglaterra, se encontraban bajo aviso de tormenta invernal.