La divinización del hombre en el mundo maya, cuando los gobernantes se convirtieron en intermediarios entre los dioses y el pueblo, está representada en la zona arqueológica El Tigre –conocida como Itzam-kanac en su época–, centro de la investigación durante más de cuatro décadas del arqueólogo Ernesto Vargas Pacheco. La milenaria ciudad es cercana al importante río Candelaria, a unos 40 kilómetros del pueblo con ese nombre y donde se ubica una parada del Tren Maya, que iniciará su funcionamiento a finales de diciembre. De camino a la zona se distingue la vía férrea completada.
En la zona arqueológica, ubicada a más de cuatro horas en auto de la ciudad de Campeche, se construirá un centro de atención a visitantes, que se sumará a los de Palenque, Moral Reforma, Edzná, Xcalumkín, Uxmal, Dzibilchaltún, Chichén Itzá, Ek’Balam y Calakmul. Vinculados con el Tren Maya, también se remozarán o edificarán museos en Palenque, Ruta Puuc (Kabah), Dzibilchaltún, Chichén Itzá, Costa Oriental (Tulum) y Calakmul. Además, se abrirán los sitios de Ixkabal (La Jornada, 12/10/22) y Paamul II.