La recuperación tras la pandemia de coronavirus ha evidenciado en el 2023 una creciente desigualdad. Las divergencias no sólo permanecen o se amplían en cuanto a indicadores de pobreza, alcanzan a las nuevas crisis, particularmente la climática, en la cual los países de ingreso alto e industrializados se mantienen con la prerrogativa de ser los contaminantes, exhiben datos del Banco Mundial (BM).