Con delicadeza toma la aguja fina y delgada, ensarta el hilo verde de algodón y comienza a bordar una hoja, parece un jardín de flores que está colocado sobre una tela negra. Artesanas conscientes de que en los últimos años la falta de recursos e ingresos económicos obliga a las mujeres a desprenderse de sus trajes, sin embargo consideran que las casas de empeño y personas adineradas pagan por las prendas a bajo costo, para después revenderlo más caro, lo que llaman una apropiación ilegal.