La Voz de Tabasco
CULTURA PORTADA

Emilio Dupeyrón Salazar

Ferrocarrilero, actor, alijador, mesero, comerciante, amigo y político
Sin duda alguna siempre será un honor y orgullo para los teapaneco recordar la esencia de un teapaneco, tabasqueño por los cuatro costados, que dedicó su vida al desarrollo de nuestro querido pueblo teapaneco Don Emilio Dupeyrón Salazar, nació un 10 de diciembre de 1916 en Teapa, Tabasco, siendo sus padres el señor Salid Dupeyrón de Odiardi y la señora Odilia Salazar de Dupeyrón.
Don Emilio hizo sus estudios de primaria en la Ciudad de México en la escuela Belisario Domínguez, los cuales concluyó en 1928 época en la cual nuestro país se encontraba convulsionado por el asesinato del candidato presidencial Álvaro Obregón Salido, sin embargo Don Emilio continuó el curso de su vida como funcionario bancario en esa metrópoli concluyendo su estancia en el año 1935.
Don Emilio Dupeyrón se desempeñó siempre como un gran funcionario y próspero comerciante, y siempre se destacó por su gran habilidad para resolver los problemas que en su responsabilidad del cargo que ocupaba se le planteara, además de brindar constantemente un buen trato humano, cordial y fraternal a quienes lo visitaban, pues como consta en una entrevista que le realizaran alguna vez en la que se definió de la siguiente manera “Soy un hombre que ha luchado toda la vida, que ha aprovechado el tiempo, que no tuve la oportunidad de estudiar pero me siento satisfecho en mi vida.
¿De qué no he trabajado? Todo lo que tengo me lo he ganado. Es muy duro y satisfactorio cuando nos toca una presidencia municipal. Los puestos políticos no me han servido para obtener cosas que me apenen”
En esta entrevista él narra que nació en Teapa en plena Revolución y ahí vivió hasta la edad de un año, pues sus padres lo llevaron a vivir a la Ciudad de México en la que pasó su niñez y su adolescencia.
Narra que en esa época eran muy pobres y por ello se crio en los barrios de la colonia Los Portales en una casa de adobe, su padre trabajaba como ferrocarrilero es por ello que desde muy pequeño trabajó de ayudante de herrería y luego en el ferrocarril.
Con este trabajo comenzó toda una aventura para Don Emilio que lo transportó a otro mundo. En el departamento de Express en tiempos de guerra ganaba buen sueldo, ganando mucho más que su padre.
La sorprendente cantidad de 7 mil 100 pesos mensuales lo hizo cambiar de imagen, ya no usaba los zapatos de minero y overol de mezclilla, sino que se compró buena ropa, por lo que su padre le pide aportación para manutención de la casa y sino que mejor se fuera, por lo que a él se le hace fácil irse y darse buena vida paseando y frecuentando centros nocturnos, sin embargo esto no le dura mucho, pues su padre muere y él tuvo que hacerse cargo de la familia.
Cuenta que además de trabajar en el ferrocarril, trabajó en el cine donde se filmaban muchas películas haciendo papeles de extra, ganando de 12 a 14 pesos diarios, también trabajó en el teatro formando parte de una comparsa. Trabajaba de todo, una vez se necesitaba descargar un camión de cañas ahí estuvo haciendo ese trabajo, también vivió la época en donde escaseó el trabajo y se empleó de ayudante de mesero, pero como era ambicioso rápido pasó a mesero ganando hasta 100 pesos diarios de aquella época.
Después vino la época de novias y amigos y fue donde atrapó su esposa Cristina Díaz, originaria de Durango, y una vez casados los dos trabajaban y decidieron vivir en un rancho llamado El Sumidero de Chiapas, donde descubren que a pesar de haber nacido en provincia su vida en el campo con la formación capitalina que habían vivido pues era fatal, ya que sembraron y perdieron la cosecha, mas no se dejaron vencer, buscaron la manera de salir adelante y es cuando Don Emilio busca trabajo en Teapa y lo consigue de oficial sanitario, puesto que desempeña durante un año hasta que la independiza y logra abrir un restaurante en el Hotel Quintero y posteriormente abre las puertas del restaurante “El Jacalito” las cuales permanecen abiertas hasta la fecha deleitando día a día con su ricos manjares de nuestra cocina teapaneca, en la actualidad este restaurante forma parte de la Historia de Teapa y miles de personas lo recuerdan por su buen servicio y por ser el único lugar en donde había teléfono.
Fue una época de mucho movimiento y de progreso, en ese entonces se construía la carretera a Ciudad Pemex y le fue muy bien económicamente, pues aparte de comprar una parte de lo que era el restaurante, compró su casa y luego otra, aparte era el distribuidor de gas y toda la gente lo conocía.
El espíritu de servicio de Don Emilio empezó a dar los primeros frutos cuando forma un Comité para la Adquisición de más aparatos telefónicos y la introducción de la Electricidad. Quería mucho a su gente y esto le sirvió pues al poco tiempo fue suplente del diputado Martín Mendoza y luego diputado propietario.
Él siempre se caracterizó por ser un hombre humilde, ni una alcaldía lo cambió, el poder jamás lo conquistó, siempre fue dedicado a trabajar, tan es así que en su presidencia municipal se construyó la planta baja del palacio municipal, a pesar de que el gobernador en turno Manuel R. Mora Martínez, había prometido ayudar a construirlo, atravesó una crisis económica y ya no pudo, eso no fue impedimento para que Don Emilio organizara rifas, vendiera las armas que se recogían, entre tantas otras cosas y logró construirla, recibiendo también la aportación de los empresarios Káiser que eran propietarios de la empresa denominada Dolomitas y Triturados del Sureste quienes le aportaron las piedras de cerro con las que actualmente está construido el Palacio Municipal. Don Emilio tuvo la oportunidad de conocer algunos presidentes de la República, pues él mismo contaba que desde el presidente Plutarco Elías Calles conoció a todos los presidentes por alguna circunstancia.
Cuando trabajó de mesero le dio la oportunidad de atender a muchos políticos, en una ocasión en el Club Hípico lo mandaron a servir al secretario de Guerra y a su gente y ese señor era Don Lázaro Cárdenas del Río, en otra ocasión atendió una reunión de presidentes en el Forin Club y ahí estuvo Ávila Camacho, Elías Calles, Abelardo Rodríguez, Emilio Portes Gil, Don Pascual Ortiz Rubio y también Don Lázaro Cárdenas.
Cuando fue presidente municipal de Teapa le tocó recibir a Miguel Alemán, Adolfo Ruiz Cortines y Adolfo López Mateos y como ciudadano recibió a Carlos A. Madrazo quien era amigo de su familia.
Con Rovirosa fue diputado y después subdirector de Tránsito y expresaba que siempre lo recordaba con respeto y cariño, pues fue el gobernante que transformó Tabasco y para muestra el desarrollo urbanístico Tabasco 2000.
La suerte le dio la oportunidad de conocer a otros políticos como Salvador Neme Castillo, además de colaborar con él como subdirector de Recursos Materiales de Oficialía Mayor de Gobierno.

Filosofía política
Don Emilio fue un político puro, con los ideales de la Revolución muy claros, y ya en el ocaso de su vida hablaba sin cortapisas y firmemente sobre los conceptos de su partido y otras cuestiones.
Decía que el PRI seguía teniendo fuerza porque es el que seguía conviviendo con el pueblo, y a la pregunta expresa de las fallas del PRI, comentaba que no hay cosa hecha por el hombre que no tuviera errores, decía que el partido tenía que evolucionar y adaptarse a las circunstancias, la época era diferente y los partidos también.
Él no concordaba con que se dice que dentro de la política no hay amigos, para Don Emilio no cabía esto, él creía en la amistad y decía que si tenía enemigos es porque ellos querían, pues para él había sido difícil haber estado al frente de la alcaldía, pero había sido una de las más grandes satisfacciones sin dejar de pisar tierra. Pues cuanto tuvo que castigar de acuerdo a la Ley lo había hecho.
Comentaba que aunque satisfecho con su vida le hubiera gustado haber hecho una carrera dinámica.
Él admiraba a José María Morelos y Pavón y a Vicente Guerrero, de Benito Juárez consideraba que había acertado en separar la Iglesia del Estado.
Entre otros detalles del personaje que nos ocupa, este pertenece a la familia de los primeros en llevar este apellido aquí en Tabasco, su abuelo era Emilio Dupeyrón Voune, de origen francés quien se distinguió en esta entidad por sus trabajos artesanales en madera. Todo lo elaborado en el Palacio de Gobierno como son los barandales, ventanería y otros detalles fueron hechos por él, es por esta razón que la Sociedad de Artesanos a la que perteneció lo tiene en sus recuerdos importantes.
Por último y en resumen entre los puestos más importantes que desempeñó se mencionan los siguientes:

  • Presidente Municipal de Teapa 1965 a 1967.
  • Diputado Local de la 49ª Legislatura del Estado de Tabasco 1977 a 1979.
  • Subdirector General de Tránsito del Estado de Tabasco de 1979 a 1983.
  • Jefe del Departamento de Compra de la Oficialía Mayor del Gobierno del Estado de Tabasco 1989 a 1991.
  • Diputado Local de la 53ª Legislatura del Estado de Tabasco de 1993 principios de 1994.
  • Como Masón, como Hijo de la Luz, de la Verdad, la Ciencia y la Virtud, tuvo una trayectoria limpia, pura y sin mancha iniciando el 6 de abril de 1959 con el No. 3 y hasta su muerte del año 1991 a 1993 como Diputado Gran Maestro.

A principios del año de 1994 este gran personaje tuvo su deceso después de una larga y penosa enfermedad, llegando al heroísmo, pues jamás se doblegó ante el dolor ni ante los hechos irrefutables de la cercanía de la muerte, demostrándole aún a lo inevitable lo que le caracterizó toda su vida fraternidad y amabilidad para volar junto a su lado a. los destinos en el que él creía.
De más está decir que quienes tuvimos el gusto de conocer a Don Emilio, quien por cierto escribiendo esta reseña me doy cuenta que tengo una gran similitud con él empezando por nuestros nombres y el nombre de nuestras esposas, basta decir que también ejemplo es para mí de la sencillez que le caracterizó en el servicio público. Cuánto me gustaría aspirar a conducirme en esa humildad y amabilidad durante la gestión que hoy me ocupa.

Emilio Antonio Contreras Martínez de Escobar

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