Los campos de naranja del norte de Veracruz –principal productor de cítricos en México– están devastados. El dragón amarillo o huanglongbing, la plaga más nociva y destructiva para estos cultivos, se ha propagado sin control por los plantíos. Las huellas de su expansión son evidentes: árboles secos, hojas con motas de color amarillo, frutos de forma irregular y sin sabor. Autoridades y asociaciones de productores estiman que la bacteria ha enfermado 70 por ciento de las 171 mil hectáreas de naranja que hay en la entidad. El epicentro de esta crisis son los municipios de Papantla, Cazones, Tihuatlán, Tuxpan, Álamo Temapache, Castillo de Teayo, Chicontepec, e Ixhuatlán de Madero, donde los agricultores ven morir sus plantaciones.