La población en el sur de Ucrania, donde algunas personas pasaron la noche en sus tejados, se preparó para un segundo día de inundaciones crecientes, mientras las autoridades advertían de que el derrumbe en una represa del Río Dniéper seguía liberando aguas acumuladas en el enorme embalse. Las autoridades estimaban que las aguas seguirían subiendo tras el dramático derrumbe en la represa de Kakhova, unos 70 kilómetros al este de la ciudad de Jersón.